Mi colección de Forth Dimensions

Descripción del contenido de la página

Sobre mi colección incompleta de Forth Dimensions, la publicación de Forth Interest Group.

Etiquetas:

Fui miembro de Forth Interest Group, la asociación de usuarios de Forth más importante, durante dos temporadas: de 1988 a 1990; y de 1995 a 1999. Era un placer recibir por correo Forth Dimensions, la revista bimestral de la asociación; siempre contenía artículos interesantes y muchos ejemplos de código. Forth Dimensions, aparte de su tamaño useño, algo chocante para los europeos (21'2 x 28 centímetros), tenía la originalidad de empezar cada volumen anual con el número de mayo/junio.

Internet eliminó la necesidad de una publicación en papel. A finales de los 1990 las colaboraciones para la revista escaseaban de forma preocupante y el número de socios no dejaba de menguar desde hacía años. Yo mismo me di de baja porque la cuota anual era alta y los contenidos de la revista empezaban a no compensar. Internet no sólo estaba eliminando la necesidad de este tipo de publicaciones, sino de cierto tipo de asociaciones; o al menos estaba forzando a trabajar de otra forma.

Forth Dimensions

El último número de Forth Dimensions que recibí fue el de enero-abril de 1999, un número doble debido a la falta de material: el número 5-6 del volumen XX. Aún apareció el primer número del volumen XXI (el segundo creo que no llegó a enviarse). Veintiún volúmenes, veintiún años de FD, veintiún años de FIG.

Guardo como un tesoro mis números de Forth Dimensions. Entre ellos, por cierto, está el primer volumen, de los años 1978-1979, que compré en su día de FIG y que contiene la transcripición de una interesantísima conferencia de Charles Moore, el inventor del lenguaje Forth. Cuando los hojeo siempre encuentro cosas interesantes, sobre todo ejemplos de código que sirve para las tareas más insospechadas... especialmente para reescribir el propio Forth y añadirle todo tipo de funcionalidades. Esa es una fortaleza y una debilidad de Forth: el lenguaje es totalmente reescribible y por ello los aficionados no dejamos de imaginar y escribir extensiones que lo modifiquen con los más variados objetivos. Mejor le hubiera ido a Forth si toda esa energía se hubiera empleado en escribir aplicaciones en Forth; pero eso un debate que empezó hace décadas, tan antiguo como el lenguaje, y que parece que no terminará nunca.

Actualmente FIG ofrece en su página todos los números de Forth Dimensions digitalizados en formato PDF y tratados con un sistema de reconocimiento de caracteres. Es de agradecer el esfuerzo de digitalizar y preservar del olvido tanto trabajo que siempre podrá ser útil, o al menos fuente de inspiración, para los que vendrán después de nosotros. Cuanto menos, publicar los trabajos pasados contribuye a evitar que otros tengan que reinventar la rueda.

No sé qué será de mis ejemplares en papel de Forth Dimensions; en cualquier caso he transcrito en forma de tabla los contenidos seleccionados por mí, tanto para conservarlos yo como para facilitar su localización a otros.