Las letras que no podían esperar; cuando Juanito podía programar; pedacitos de magia
Probablemente la QL podría vivir muy bien otros 26 años sin un juego de caracteres estándar; pero es el tipo de cosas que me tientan: mis pequeños «retro-retos»... retos que hubieran sido de mayor «provecho» veintitantos años atrás... Pero eso es lo que tiene la mezcla de nostalgia con idealismo. Esta vez le tocó el turno al reciente programa Transfonter.
Es cierto que Transfonter hubiera tenido su encanto en 1995, cuando yo aún trabajaba con la QXL Pero no importa. ¿Qué sería de un «retro-reto» sin la parte «retro»?; sería un reto ordinario, como tantos miles, empujado y arrastrado por la corriente informática del momento. La parte «retro» de mis «retro-retos» significa que no son retos del presente, de esos empujados por la poderosa corriente. A los «retro-retos» empuja, entre otras cosas, el cariño y el recuerdo de cierta manera de trabajar... ¿Pero son necesariamente retos del pasado?
Un colega de los tiempos de la QL me contaba recientemente que él, desde que pasó a usar GNU/Linux, hace ya muchos años, nunca había mirado atrás. Eso me hizo reflexionar. Yo también empecé a usar GNU/Linux más o menos por las mismas fechas, y mis QLs y mi QXL están, como las suyas, en una caja de cartón desde entonces. Pero yo no dejo de mirar hacia atrás, es cierto. Miro con añoranza hacia los tiempos en que Juanito podía programar... Volví a sentirlo cuando leí el artículo de junio de 2010 Why Johnny can't code (por Kroc Cammen) (Por qué Juanito no puede programar), un comentario sobre el artículo homónimo de 2006 Why Johnny can't code (por David Brin). David Brin describe y critica con maestría un hecho que suele pasar inadvertido: antes cualquier computadora al alcance de cualquier chaval solía tener siempre una versión de lenguaje BASIC disponible para ser utilizada; por el contrario, hoy en día no es fácil para ningún niño aprender y practicar programación. En el foro de GPX32 alguien publicó recientemente un interesante comentario sobre ambos artículos que profundiza en la cuestión: los nuevos sistemas operativos y los nuevos lenguajes de programación cada vez ponen más difícil interesarse por la programación...
Por tanto, y simplificando mucho: si lo que actualmente tenemos ha sido escrito por aquellos niños que empezaron a aprender a programar en BASIC en los 1980, y los niños de ahora no tienen apenas oportunidad de iniciarse en la programación... ¿quién escribirá los sistemas operativos, programas y lenguajes de programación dentro de unos años?
Toda esta divagación ilustra lo que a mi juicio es uno de los placeres de mirar hacia atrás: revivir el tiempo en que las cosas eran más sencillas, más comprensibles, más manejables, más cercanas. Esa era la magia de máquinas como la ZX Spectrum y la QL, con las que yo aprendí, pero también de todas las de aquella época: Ponías en marcha la computadora, abrías el manual de instrucciones por la primera página y todo el universo de la programación estaba ante ti, a tu alcance. Esa magia se ha perdido: los niños de hoy lo tienen cada vez más difícil para ser creadores; y cada vez más fácil para ser consumidores, simples espectadores...
Recuperar pedacitos de aquella magia olvidada y lanzarlos al ciberespacio es como plantar semillas que dicen: «mirad, hubo un tiempo en que era muy fácil hacer todas estas cosas que ahora parecen tan difíciles; y aún puede hacerse».